sábado, 10 de julio de 2010

La opinión políticamente incorrecta

La opinión políticamente incorrecta


Cinco años después

Por Julio Majul – para Río Bravo


El gran mérito de la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú fue, en 2005 en especial, dar un grito de alerta furioso sobre la depredación del medio ambiente. No creo que haya más mérito que ese.

Como siempre en este tema, me toca a mí ser el políticamente incorrecto.
No voy a hablar de la heroica lucha de la Asamblea , de la democracia pura que se expresa en ella, sencillamente porque no es cierto.
El gran mérito de la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú fue, en 2005 en especial, dar un grito de alerta furioso sobre la depredación del medio ambiente.
No creo que haya más mérito que ese, que no es poco por cierto.
¿AMBIENTALISTAS O ANTIORIENTALES?
El objetivo de la Asamblea no es el control de contaminación, no es –en definitiva- saber la verdad.
El objetivo de la Asamblea es que Botnia salga de frente al Ñandubaysal, el balneario preferido de la ciudad.
El mismo balneario en el que la única vez que se comprobó contaminación, esta temporada estival, fue por la caca que emanaba de su sistema cloacal, mezclado con la subida de las aguas.
Esa caca ñandubaysalera fue presentada por los medios de prensa como productos contaminantes emitidos por Botnia, y cuando se aclaró que no, nunca se lo publicó. O sea: de los títulos catástrofes “Botnia contamina Ñandubaysal”, nunca se pasó a “fue un error; era caca del Ñandu”.
Mi gran diferencia con la Asamblea es que quiero saber la verdad, o sea si Botnia contamina más allá de los límites permitidos o no. Los asambleístas ya han decidido que Botnia contamina, porque ellos saben más que nadie, parece. Que Botnia contamina no cabe duda: ¿qué pastera no? Pero la cuestión es cuánto contamina. O sea: la cuestión es la verdad.
CON MUJICA LO DIJIMOS HACE CINCO AÑOS
En mayo de 2005, siendo senador provincial, me entrevisté con Pepe Mujica, entonces ministro, para tratar de hallar alguna solución a una pelea ridícula.
Entonces, concluimos que la única solución era el monitoreo conjunto, el control conjunto, de científicos, sólo científicos, orientales y occidentales del Uruguay.
Esto motivó gruesos epítetos de algunos miembros de la Asamblea , que decían que esto implicaría legitimar la presencia de Ence (entonces, lo de Botnia era algo lejano) en el Uruguay. Lo que ellos querían (y quieren) es que ninguna pastera oriental nos moleste.
No importa demasiado la contaminación de los agrotóxicos (Gualeguaychú es el departamento entrerriano con más siembra de soja, o sea con más volcado de glifosato al Uruguay). No importa, como me dijo un asambleísta, porque esto es nuestro.
O sea, que el problema es que Botnia está en Uruguay.
Que afea la vista del Ñandu.
¿Y el Mercosur? ¿Y la unidad de los pueblos de nuestra América? Está presente, eso sí, en cada discurso. Y ausente de cada acto concreto de la Asamblea.
Que ahora recomienda el monitoreo conjunto “pero si es dentro de la planta de Botnia”. Yo no sé si esto es bueno o inútil, pero es un adelanto.
Ya no somos más tarados traidores los que propiciamos control conjunto de Botnia.
Hoy lo dicen.
Perdimos cinco años por su tozudez ridícula, su fervorosa militancia contra los hermanos orientales.

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